
A pesar de remojarnos como pollitos, con la que cayó en cuestión de segundos, disfrutamos un montón, solo faltó bajar por la tartera (que tuve que observar de lejos…), espero poder hacerlo más adelante, antes de que llegue el frío de verdad.
Y la família, para compensar el chaparrón, nos regaló unos cuantos Camagrocs, que habían recogido. De vuelta a casa, primer caldito y truita de camagrocs, para recuperarnos, y no sabéis lo que son estas setas en tortilla, deliciosas.
Rehogamos los Camagrocs, y poca cosa más, listos para la tortilla. Empiezan los platos de otoño…