Haciendo un repaso a la despensa, encontramos una «mermelada» de ciruelas que hicimos en verano, con las poquitas que nos dejaron los pajarillos barceloneses. El caso es que no queríamos añadirle mucho ázucar y cambiamos la receta habitual. Queríamos conservar el sabor de las ciruelas, que ya eran bastante dulces, asi que, claro, nos quedó una mermelada muy líquida que no habíamos probado hasta ahora, porque era complicado ponerla sobre una tostada.

Nos apetecía un pan dulce, así que sustituimos el agua por la «pseudo mermelada», era suficientemente líquida y no hizo falta añadir más.

Tomando la receta de nuestro pan de diario, 400 gr. harina de trigo molida a la piedra, 200 gr de mermelada líquida de ciruela, 2 cucharaditas de sal, 35% de masa madre y una cucharadita de malta de avena (que hacía días que no utilizabamos), amasado francés. Un total de 5 horas de levado, un poquito justo, pero…

El resultado; un pan para los desayunos, con solo mantequilla, y un sabor a ciruelas suave…La mermelada tuvo un final feliz y el pan los días contados, :-).