Hace unos días me pasaron una receta que ni me atrevía a leer, era de Paul Bocuse, reconocido como el cocinero del siglo, del XX, claro. Aquí os pongo donde podeis ir a degustar sus platos…ya me lo contaréis, que una prefiere no comer fuerte :)).
Bueno pues la(s) recetas es ni más ni menos que de pan!!! Se trata de un pan con orejones o albaricoques secos. De hecho ya he visto alguna receta por ahí.


Para complicarlo un poco más, he unido a Lepard con Bocuse, lo cual tiene su gracia, (me siento como un duendecillo malévolo), al fondo oigo las voces «¡Sacrilegio, sacrilegio!».

Creo que la foto lo dice todo, Bocouse, afirma en su receta que este pan es ideal para acompañar con queso de cabra, que como comprenderéis, ya he ido a comprar. Cuando el pan salió del horno, la verdad la olor no delataba nada, pero al probarlo, eso fue… que bueno Dios!!!
Aún no ha caído con queso, pero me lo puedo imaginar muy bien. Probarlo ,(antes de que me lo digáis, ya se que muchos lo habéis hecho), es un sabor tan, tan, tan no me sale la palabra…mmm, acogedor, te recoge en casa un día de invierno, te acaricia y a la vez es divertido, inocente. ¿Es posible un sabor así???, pues es este.

Los albaricoques cortados a láminas unidos a la masa antes del último reposo.