Flammkuche, Tarta flambée o Flammekuechle, éste último, como se denomina en la región de origen, al norte de Francia y fronteriza con Alemania y Suiza: la Alsacia. Nosotros la probamos este verano, era uno de esos platos que conocíamos de antemano y no nos podíamos perder. La cocina alsaciana, merece un capítulo aparte.

Ahora la preparamos en casa, es una recta muy fácil y rapidísima. La masa la hicimos con 100 gr de harina, 50 gr de agua, y una pizca de sal, nada más, sin de levadura. El secreto es conseguir una masa bien fina, casi transparente.
A falta de Speck, bacon ahumado, cebolla cortada muy fina, y una mezcla de Quark alemán y Crème Fraîche, a la que le añadiremos pimienta negra y nuez moscada, bastante, y es que, me chifla, vamos, que a todo le pondría nuez moscada.
Cuando tenemos la masa estirada, se unta toda la superficie con el Quark y la Crème Fraîche, y se reparte el bacon y la cebolla por encima. En la receta original, la cebolla, va cruda, nosotros la pasamos unos minutos antes por la sartén, así es menos fuerte.
El Flammkuchen era otro de esos panes que se usaban como termómetro en los hornos antiguos de piedra, si se cocía en el tiempo previsto, estaba preparado para el resto de la hornada.
Aqui os dejo un video, de lo rápido que se prepara en el horno a máxima temperatura, aún mejor, si es sobre una piedra de hornear, lista en tan sólo unos 8 minutos. El aroma que desprende el horno es para…comerse cuatro ;-).

Guten Appetit!
*Casi me olvido, lo acompañamos con el último Riesling que nos quedaba, como marca la tradición.