Esta temporada ha sido menos activa que otras en lo que a talleres se refiere, queríamos empezar con calma, y disfrutar de la maternidad. Cuando el obrador está en silencio, seguimos ideando, trasladándonos en el tiempo, reflexionando, como siempre, sobre el buen hacer artesano.

De aquellos viajes, nació la pasión por la cerveza, hermana gemela del pan en muchos aspectos. Así que, sin dudarlo, la hemos adoptado en la familia.

Con el mismo entusiasmo y admiración, que nos transmite hornear nuestro propio pan, elaboramos a partir del grano malteado y molido en casa, diferentes recetas de cerveza que despiertan un gran abanico de sensaciones gustativas. La cocción del mosto resulta apasionante, llenando nuestro taller de una aroma espectacular, te lo beberías ya así, sin fermentación, como una sopa reparadora.


Después, durante la fermentación, la ilusión, te hace soñar con el primer trago y la espuma inundando el vaso…

Hoy queremos compartir con vosotros la última que hemos preparado. Una cerveza, tipo Ale Belga, con piel de naranja y semillas de cilantro.

Prost!